Trump propone arancel del 100% a películas filmadas fuera de EE.UU.
¿Se avecina el apocalipsis cinematográfico? 🇺🇸💥
En una jugada que ya está generando controversia a nivel global, el expresidente Donald Trump ha propuesto un arancel del 100% a todas las películas filmadas fuera de los Estados Unidos, como parte de una nueva política de “protección cultural” y “defensa de la industria cinematográfica nacional”.
¿Estamos frente a una nueva guerra comercial, pero ahora en el corazón de Hollywood? Analizamos las posibles repercusiones de esta medida en la industria del cine, los premios Oscar y el mercado global del entretenimiento.
🎥 ¿Qué significa este arancel del 100%?
Según el comunicado, este impuesto afectaría a:
- – Películas producidas por estudios estadounidenses pero filmadas en el extranjero (como Dune, John Wick o Mission: Impossible).
- – Producciones independientes internacionales que quieran exhibirse en salas o plataformas dentro de EE.UU.
- – Co-producciones con países aliados que no tengan locaciones principales en suelo estadounidense.
Esto duplicaría automáticamente los costos de distribución o exhibición de cualquier película no hecha en EE.UU., desincentivando su llegada al mercado estadounidense.
🌍 ¿Golpe al cine global?
Sí. Este arancel no solo afectaría a las películas europeas, asiáticas o latinoamericanas que buscan distribución en Norteamérica, sino también a las grandes franquicias hollywoodenses que filman en locaciones extranjeras por razones económicas o estéticas.
Ejemplos directos afectados:
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Gladiator 2, filmada en Marruecos.
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The Marvels, con escenas rodadas en Inglaterra y Corea del Sur.
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Parasite o RRR, fenómenos globales que habrían tenido más trabas para estrenarse en cines o plataformas estadounidenses.
🏆 ¿Y los Oscars?
El impacto sobre los Premios de la Academia sería dramático. Actualmente:
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Las películas extranjeras compiten en varias categorías, no solo Mejor Película Internacional.
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Grandes títulos como Roma, Drive My Car, Amour o The Zone of Interest han sido nominados o ganadores.
Con esta medida, es probable que muchos estudios no envíen sus películas al circuito de premios por el costo o por represalias culturales, lo que empobrecería la diversidad narrativa de los Oscar.
Además, incluso películas estadounidenses filmadas en el extranjero podrían ser “castigadas” y quedar fuera de campañas de premios por razones económicas.
💰 Hollywood también perdería
Aunque parezca una defensa al “cine hecho en casa”, esta medida podría ahogar financieramente a los grandes estudios:
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Disminuye la viabilidad de filmar en locaciones icónicas fuera de EE.UU. (Praga, Roma, Tokio).
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Aumenta costos de producción al obligar a usar solo territorios estadounidenses.
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Resta competitividad a las producciones frente a plataformas globales como Netflix o Prime Video, que filman en todo el mundo.
🎭 ¿Y los creadores?
Guionistas, directores y actores se verían atrapados en una industria más cerrada, menos creativa y con menor alcance global. Productores que antes filmaban en Canadá, Reino Unido, México o Nueva Zelanda podrían perder beneficios fiscales o ventajas logísticas.
Incluso talentos emergentes de otros países tendrían menos oportunidades de ser vistos en EE.UU., principal escaparate de la industria global.
🧨 Conclusión: ¿Cortina de humo o amenaza real?
Aún es incierto si esta propuesta llegará a implementarse, pero deja un precedente peligroso: usar la cultura como arma comercial. El cine ha sido históricamente una herramienta de entendimiento global, y medidas como esta podrían llevarnos a una nueva era de censura económica y aislamiento creativo.
Si se concreta, estaríamos ante el inicio de una “autarquía cultural” en el país con más influencia cinematográfica del mundo.